Un debate sin propuestas: Enríquez ataca, pero no responde

Durango, Dgo.—

El tan esperado debate por la presidencia municipal de Durango dejó claro que para algunos candidatos el tiempo en pantalla sirve más para atacar que para proponer. Tal fue el caso del exsenador José Ramón Enríquez, quien utilizó cada intervención para descalificar a sus oponentes sin ofrecer resultados claros ni asumir responsabilidades por su paso anterior como alcalde.

Desde el inicio, el tono de Enríquez fue confrontativo y evasivo. En lugar de explicar por qué presentó más de 200 iniciativas como senador y no le aprobaron ninguna, o detallar cómo planea resolver los problemas que él mismo dejó en su gestión pasada, prefirió desviar los temas con acusaciones, frases hechas y ataques sin fondo.

Uno de los momentos más incómodos fue cuando se tocó el tema de los baches y las obras inconclusas. Enríquez intentó lavarse las manos diciendo que “el gobierno no le permitió avanzar”, cuando está documentado que él mismo colocó la primera piedra de obras que jamás concluyó, dejando más deuda que infraestructura.

Además, el tono del debate generó sospechas sobre parcialidad, especialmente por la conducción de Sujey Luna, quien mostró una actitud claramente favorable hacia Enríquez, evitando cuestionarlo a fondo o pedirle cuentas cuando se contradijo. Esta cercanía fue percibida por miles de ciudadanos como un intento de controlar el discurso público a favor del candidato de Morena, pese a su historial opaco.

Lo más preocupante no fueron las omisiones, sino las contradicciones. Habló de austeridad mientras en su declaración patrimonial reporta muebles por 6 millones de pesos. Habló de cercanía con el pueblo mientras su campaña se rodea de operadores foráneos y personajes con denuncias abiertas. Y habló de resultados… pero no respondió con uno solo concreto.

El debate terminó como empezó: con Enríquez señalando, pero sin responder.

Durango no necesita un político con memoria selectiva. Necesita un gobernante con responsabilidad.