MORENA entre dedazos, traiciones y candidatos impresentables

Durango, Dgo.— La “esperanza de México” está atravesando su peor pesadilla… y viene desde casa. En Durango, el partido Morena enfrenta una fractura interna que ya no se puede tapar con discursos de unidad ni con fotos forzadas de campaña. Militantes de base, fundadores del movimiento y hasta exoperadores han explotado contra lo que consideran una burla: la imposición de candidatos sin consenso, sin trayectoria y, peor aún, con historial cuestionable.

En el ojo del huracán está la candidatura del Dr. José Ramón Enríquez, un político reciclado y camaleónico que ha pasado por más partidos que por auditorías públicas. Su designación como abanderado de Morena fue vista por muchos como una traición a los principios del movimiento. “Esto ya no es Morena, es un circo electoral”, comentó un líder de base que decidió bajarse de la campaña.

Lo que más arde no es solo el dedazo. Es el silencio de la dirigencia nacional, que prefiere mirar hacia otro lado mientras en los estados se reparten candidaturas como si fueran favores de compadres. ¿El resultado? Morena dividido, sin cohesión, sin narrativa… y con candidatos que en lugar de sumar, restan.

Enríquez no es el único señalado, pero sí el más evidente. Su historial como chapulín político, sus vínculos incómodos y la forma en que llegó a la candidatura han provocado un alud de impugnaciones y renuncias silenciosas. Y lo peor: el electorado ya se dio cuenta.

¿Así o más clara la simulación?