¿Hospital o lavadero? La obra estrella de Enríquez manchada por dinero del narco

5/13/20252 min read

Durango, Dgo.—

Mientras José Ramón Enríquez camina por las calles en campaña, regalando sonrisas y diciendo que viene a “rescatar Durango”, la sombra de uno de los escándalos más graves de su carrera lo persigue… y apesta a crimen organizado.

De acuerdo con una investigación revelada por el periodista Óscar Balderas y respaldada por documentos filtrados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Enríquez está vinculado directamente con Gerardo Soberanes Ortiz, alias “El G-1”, identificado por el gobierno federal y agencias internacionales como operador financiero del Cártel de Sinaloa.

El “compadre” incómodo: el narco sentado en el gabinete

Durante su gestión como presidente municipal, Enríquez no solo permitió la cercanía del G-1, sino que tuvo el descaro de presentarlo públicamente como su compadre ante miembros del gabinete.

Y no fue un saludo cualquiera.

Según el informe, en una reunión privada con su equipo, el G-1 se dirigió a los funcionarios con una advertencia clara:

“No ganaron porque cayeran bien. Ganaron porque yo dije que así iba a ser. Me deben lealtad.”

Así, sin rodeos, el narco dejaba claro quién mandaba en Durango.

Y mientras eso ocurría, Enríquez guardaba silencio… o tal vez asentía.

El Hospital de Especialidades: ¿obra pública o fachada criminal?

Una de las obras que Enríquez presume como emblema de su gestión es el Hospital de Especialidades.

Pero según los reportes filtrados, más del 50% del financiamiento para construirlo provino directamente del G-1.

¿Cómo lo sabemos?

Porque fue el propio G-1 quien, con total desparpajo, reveló que le prestó dinero al entonces secretario de Salud para terminar la obra.

Sí, esa misma obra con placas, medallas y giras de prensa… fue, en parte, financiada con dinero sucio.

¿Y el gobierno?

Bien, gracias.

Ningún funcionario denunció. Nadie se opuso.

Todo el gabinete siguió en silencio.

El narco con escolta oficial

Como si esto fuera poco, en octubre de 2018 aparecieron mantas en distintas zonas de la ciudad, firmadas por un nuevo grupo criminal.

¿Quién las puso?

Las cámaras del C5 captaron a los responsables… escoltados por patrullas municipales, bajo el mando del gobierno de Enríquez.

¿Coincidencia? ¿Colusión? ¿Complicidad?

Conclusión: un gobierno infiltrado

Mientras el doctor habla de acabar con los corruptos y promete “una nueva era para Durango”, los documentos de la Sedena y las investigaciones independientes dibujan otra cosa:

Un político que abrió la puerta del poder al narco, que permitió que operadores criminales financiaran su imagen y que hoy quiere regresar como si nada hubiera pasado.

Durango no necesita un cirujano plástico de la política.

Necesita limpieza profunda.

Y para eso, primero hay que cortar el tumor.

¿A ti te parece normal que un compadre narco financie hospitales? ¿O que funcionarios le deban lealtad al crimen?

Nosotros tampoco lo creemos.