Fiesta millonaria en tiempos de crisis: la boda de la hija de Enríquez costó más de 10 millones de pesos

5/8/20252 min read

Mientras en Durango escasean los servicios públicos, los apagones se vuelven parte de la rutina y cientos de familias luchan por mantener sus pequeños negocios a flote, el senador con licencia José Ramón Enríquez celebró, sin recato alguno, la boda de su hija con un derroche de lujos y excesos que rebasó los 10 millones de pesos.

La celebración incluyó despedida de soltera, comida prenupcial, jardín exclusivo, decoración de revista y una logística propia de celebridades. No fue solo una boda, fue una exhibición de poder económico y desconexión absoluta de la realidad que vive la mayoría de las familias duranguenses. Y todo esto, en pleno proceso electoral.

Los más de 10 millones gastados representan, en términos claros:

• 700 años de salario mínimo.

• El ingreso anual de más de 150 personas económicamente activas en Durango.

• 2,500 apoyos sociales o becas que podrían haberse entregado a personas que sí lo necesitan.

• 8 veces el presupuesto promedio de una microempresa en la región.

Y mientras el doctor Enríquez festejaba en grande con luces, música, brindis y lujo, familias en Durango se quedaban sin luz, sin drenaje, sin agua, sin empleo y sin respuestas. Los mismos ciudadanos que él pretende gobernar, aquellos a quienes les promete “sanar la ciudad”.

Lo indignante no es que una familia quiera celebrar a su hija. Lo verdaderamente ofensivo es que se haga desde el privilegio político, con la opacidad que ha caracterizado su carrera, y justo cuando el candidato repite en su discurso que “el pueblo es primero”. ¿Primero en qué? ¿En mirar desde lejos mientras los de siempre se sirven con la cuchara grande?

Esta fiesta millonaria no solo desvela los excesos de la clase política morenista en Durango, también evidencia el verdadero rostro de una campaña que pretende disfrazar el derroche con discursos de honestidad y transformación.

Porque mientras José Ramón Enríquez bailaba entre centros de mesa de miles de pesos, en colonias de la periferia las calles siguen destrozadas, las luminarias fundidas y los empleos escasos.

¿Este es el Durango que quiere construir?