De candidato a presunto agresor, mentiroso, infiel y golpeador. ¿Qué más falta?

5/13/20252 min read

Durango, Dgo.— La campaña del candidato morenista José Ramón Enríquez se desmorona entre escándalos, denuncias y contradicciones. Lo que debería ser un proceso electoral transparente se ha convertido en una exhibición de soberbia, amenazas y violencia, protagonizada por quien busca gobernar de nuevo la capital de Durango.

El periodista Heber García Cuéllar denunció públicamente haber sido intimidado y amenazado por Enríquez durante un encuentro en la cafetería del Hotel Gobernador, donde, según relató, el aspirante a la alcaldía respondió con violencia verbal: “Con la mente saco 10 y con la v3r@4 saco 20”, advirtiéndole que “al final de la campaña ajustará cuentas con varias personas”. Cuando el periodista cuestionó si eso era una amenaza, la respuesta fue clara: “Tómalo como quieras, güey”, acompañado de un intento de agresión física.

Pero este no ha sido un hecho aislado. Testimonios periodísticos también revelan que Enríquez ha intentado agredir a otro reportero, dejando clara su relación con la violencia como método de presión.

El show del “doctor” sigue. En lugar de enfrentar con seriedad las acusaciones, Enríquez recurrió al medio Contacto Hoy, comprado de último minuto como plataforma para burlarse de los hechos, victimizarse y hablar —con una hipocresía que raya en la burla— de “respeto a las mujeres”.

¿Respeto? ¿Cómo puede hablar de respeto hacia las mujeres un hombre que no respeta ni a su propia esposa? Fuentes dentro de su equipo confirman que su actual coordinadora de campaña es su amante: Hanna de la Madrid, a quien trajo desde fuera para dirigir su proyecto político, ignorando por completo cualquier principio ético o moral.

La ciudadanía ya no es ingenua. El hartazgo es evidente. Enríquez carga con denuncias por corrupción congeladas, relaciones opacas con figuras del poder oscuro, y ahora con una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado por presunta intimidación y amenaza contra un periodista.

Mentiroso, infiel, golpeador. Así se describe el perfil que hoy pretende recuperar el poder. Pero Durango no olvida. El respeto se gana, no se finge frente a una cámara.