¿Compromisos o advertencias disfrazadas de promesas?
5/14/20252 min read


Durango, Dgo. —
Como si la ciudad padeciera de amnesia colectiva, José Ramón Enríquez vuelve al ruedo con su “Plan de 100 Compromisos por la Transformación”. Cien promesas, cien buenas intenciones, cien frases bonitas... y cero explicaciones de cómo va a cumplirlas.
Porque no se trata de repetir discursos, doctor, se trata de cumplirlos.
Y quienes ya lo conocieron como alcalde saben bien que entre lo que promete y lo que entrega, hay una larga lista de pretextos, justificaciones y silencios incómodos.
Ahí están sus compromisos de 2016: el metrobús, el hospital del siglo XXI, la ciudad-gobierno de 32 pisos, el parque más largo de México.
¿Resultado?
Nada. Ni un solo proyecto terminado.
Pero el verdadero problema no es lo que no hizo. Es cómo quiso hacerlo.
Porque detrás de aquella administración se tejieron alianzas turbias, acuerdos entre sombras, y recursos que nadie supo de dónde salieron... pero todos sospecharon a dónde fueron a parar.
Hoy, Enríquez regresa con el mismo tono mesiánico de hace nueve años, prometiendo infraestructura de primer mundo, apoyos sociales sin precedentes, y una ciudad transformada como si el presupuesto fuera infinito.
¿Con qué dinero, doctor? ¿Con qué respaldo? ¿Con qué equipo?
O más bien, ¿con qué padrinos?
Porque mientras él habla de honestidad, en su historial siguen apareciendo contratos opacos, millonarios sin licitación, y alianzas que se acomodaban en la nómina como si fuera casa de campaña.
¿De verdad planea repetir el método? ¿Otra vez prometer la salvación de Durango con una sonrisa y un plan inflado que no aguanta ni el primer trimestre de ejecución?
Y lo más peligroso: ¿está dispuesto a volver a hipotecar la ciudad con tal de cumplir un compromiso de campaña?
Porque en su círculo cercano ya es costumbre convertir las promesas en moneda de cambio, y las instituciones públicas en botín de retribución. Que no se nos olvide: cuando gobernó, más de la mitad del presupuesto de asistencia social desapareció sin comprobación alguna, y aún hoy no hay respuestas claras.
El Plan de 100 Compromisos no parece un proyecto: parece una amenaza de lo que volvería a pasar si se le entrega Durango otra vez.
Así que más que aplaudirle el folder, habría que preguntarle por qué quiere repetir lo que ya le falló a la ciudad.
Durango ya conoce el guión, y el final no fue feliz.
El show del "Doctor Mentiras" tiene nuevo capítulo, pero el libreto es el mismo.